viernes, 21 de noviembre de 2008

Madrid sin matices.











....para convertir el mundo en definiciones resulta imprescindible borrar los matices y a veces no se puede reducir la vida a axioma.

Estrella de Diego. El país 22-11-08


Mirando desde el amanecer a esta ciudad, y haciendo un repaso de lo que en ella pasa en estos últimos años se me ocurre, y no por nostalgia o apasionamiento, volver a gritar aquellas palabras de Dolores Ibarruri: ¡ No pasarán!



Casi sería necesario repasar la historia de las décadas del 80 y el 90, para ver que a base de progroms encubiertos, hemos llegado a una ciudad convertida en una deteriorada jaula de insensateces de un gobierno regional y local, en este 2008, que padece un descalabro social, propio de aquellas poblaciones que no quisieron someterse, y se les cierran los caminos, sociales, culturales, libertarios, de expansión y de creatividad.

Mires donde mires, han dejado, aunque parezca lo contrario y su falsario alcalde nos lo quiera hacer ver bonito, que violencia y cohecho, campen a sus anchas. Desde el metro, hasta los guarda raíles de las salas de baile, pasando por el consistorio, un olor a almizcle que da pie a aplicarse en ese desorden y mal gusto, no achacado a la superpoblación. Ellos no dictan normativas, incumplen el derecho natural, para restringir lo que en otras ciudades con más población han sabido hacer, crecer en encanto.


Madrid huele a avaricia municipal, a remedo escatológico, a basurero legislativo, coaccionando a golpe de talón cualquier contradicción a la ideología imperante. Ya sabemos que esta ciudad siempre fue de derechas, pero ella y él quieren que rotundamente luzcamos en la frente ese azul con gaviotas, made in Génova.


Unos por orden de los otros, prohiben carteles, hordas de guardias de movilidad asaltan en medio del caos, provocando más caos circulatorio, a los egoístas conductores, que de uno en uno invaden sin civismos, los rincones inhóspitos; salvajes hipocresías de sus gestores impuestos, arrinconando a los otros funcionarios de la administración que fue estatal, creando amarguras y frustraciones a una visión innovadora que empezó sólo a despuntar, y ahora esta axfisiada. Bloqueo a la ley de dependencia, bloqueo a las iniciativas investigadoras fuera de los entes privados, sonrientes a su mano derecha, etc.

En verdad es una vulgar dictadora, como todos los dictadores. ¡Vulgar....y con muy mal gusto!

Ciudadanos somos, eso sí, pero ya es hora de dejar de ser dóciles, y llenar las ventanillas de quejas, de solicitudes de infidelidad, de exigencias para aplicar las leyes, de denuncias por agravios comparativos, en la enseñanza pública, en la sanidad pública, en la cultura pública, en los espectáculos y en todo lo que salen de la recaudación feroz de las cuentas públicas.

A la presidenta le llenaría de emoción ver esta ciudad, uniformada, mientras ella luce su traje de noche rojo con las estrellas rutilantes de su vestido, subida en un pedestal autoritario.


Nadie teme otra revolución social, de momento, pero aprovechando este marcaje, podíamos comenzar a salir a la calle, gritar y gritar muy alto frente a sus balcones: ¡ No nos gustáis!

A la vez plagar de denuncias, y sugerencias, los enlaces de atención al ciudadano en munimadrid, en las ventanillas, y todo unido a convocatorias de : ¡ un día sin pagar los parquímetros! ¡ un día sin reciclaje de basuras! y más ideas que nos vayan surgiendo.

Abrid los ojos habitantes de Madrid, sí capital del reino, pero nada más. Sus matices, se han convertido en uniformes, de momento escolares, en colegios privados de misa y sermón diarios.
Nuestras barricadas son la denuncia y la protesta.
Qué lastima que las asociaciones de barrio hayan caído en manos de los clericales.
Ciudadanía de Madrid, volved a ser libres. !Gritad de una vez,coño...!









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