Después de los trágicos sucesos ocurrido en Bombay en los últimos días, los diarios de la ciudad GUJARAT SAMACHAR e INDIAN EXPRESS publicaban una foto con la noticia de que en el hotel Oberoi se habían encontrado unos zapatos en forma de pie, y que los análisis posteriores de ADN, avalan la pertenencia a la presidenta de la Comunidad de Madrid. El reportaje interior, que completa la noticia, ilustra con imágenes, como Kim de la India la rescata a las puertas del hotel y la traslada a Zurich, anotando que no fue voluntad suya abandonar tan rápidamente la ciudad de Bombay. Y otra foto ilustra las huellas dejadas por la delegación en el hall del hotel, y una instantánea de los pies ensangrentados de la citada política. Y haciendo un repaso de la visita previa a los atentados, nos muestra a la alegre representante del pueblo tocando la guitarra, en un hogar de españoles en la ciudad india, y en una ceremonia de petición de mano, rodeada de velos, saris y terciopelos.
Lejos de jalearme con el tremendo impacto del ataque terrorista, con la catástrofe humana de más de doscientos muertos, me situó en la parte de responsabilidad, ante tal circunstancia, y en la conciencia, de un representante de tan alto nivel, que no se situé al lado del cónsul, y ponga toda su autoridad al servido de la emergencia creada, para sacar de aquel infierno a todos y cada uno de sus acompañantes y demás personas, que en aquel momento, y siendo un destino tan querido por los españoles, no sintiera que había alguien, que quizá le había votado y no se preocupara por que le siguiera votando en el futuro, ¿tan sobrada va de adeptos?
Esta nube pasará, y con los pies y las llagas, será mártir y santa, paseando su episodio ante las cámaras, botín en ristre, y sofoco en el alma, defendiendo su bien hacer.
A lomos de la autocracia desfigurara este acontecimiento histórico para asentar sus indignos postulados en el retrete del todo vale en la feria política, y si estas lides me ensalzan, conseguirá aunarlo a su discurso medieval y de torneos.
Con teja y mantilla se tapan los postizos, y el tiempo lo adorna todo, o si no que se lo digan a sus vecinos que en la calle del Pez y alrededores, aún recuerdan como era de novia, de prometida, de casada y ahora de presidenta , con su doctrina de los buenos hábitos de una vecina altamente conflictiva.
Volando voy, volando vengo y en el camino yo me entretengo, eso sí es arte. y no lo de la pintora Sara Mago.
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