"El 20,1% de la población española es atea o no creyente, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado en marzo de 2008". (Público 14-05-08)
Soy materialista, aunque me guste soñar y tenga una pizca idealismo. Durante todos estos años que mantengo mi presencia en el mundo, no pude elegir con que dios me sentía más cómodo, o mejor sólo que mal acompañado, pues las grandes religiones no son buenas compañeras, y así en la historia esta escrito. Acusadas de culpables, instigadoras de rencillas en nombre de la fe y ambiciosas.
Nací católico y ahora soy pesimista.
Hace veinte años que intente apostatar y recibí la callada por respuesta, aunque creo que esta el sobre de la solicitud tapando un cristal de la sacristía de la iglesia de mi pueblo.
Bien sabemos que la santa iglesia católica a la hora de poner la mano y recoger lo que el estado le entrega, tira de la lista de sus ovejas, aunque sepa que muchas se han descarriado divorciandose, matando a sus esposoas, envenenando a sus hijos, mil tropelias que son causa de excomunión.
Pero cada ejercicio presupuestario saca el listado de bautismo, los 20 dígitos y el estado no pregunta y paga.
Ahora con la nueva ley de libertad religiosa, la informática y mi solicitud de apostasía deberían borrarme de la lista.
Y después esperar que en google star busque a dios, si quiero.
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