La mosca cojonera

El presidente del Gobierno aceptó, a su manera, la acusación de creer que la solución para el País Vasco está en los comicios. «El 9 de marzo aportó soluciones al devenir del país y de los partidos políticos», replicó. Así las cosas, el choque de trenes presagiado por el PNV sigue adelante. El lehendakari no aclaró cuál será su siguiente paso, pero sí avisó de que seguirá adelante con su propuesta. «El pueblo vasco es tenaz, y yo también», sentenció. (El Diario Vasco 21-05-08)

Quizá no fue una coincidencia, pero ayer durante la rueda de prensa del lendakari hubo una gran mosca rondándole la cabeza.
Cuando hablaba de enrocamiento de Zapatero la mosca se le posaba en la nariz, al hablar de tenacidad vasca, la mosca se iba a la coronilla, y así siguió hasta el final de su comparecencia. Llegue a pensar que era un microchic volador, con forma de mosca, enviado por los autores de su guión, con el objeto de que no se olvidase en esta oportunidad de oro, de ninguna de las palabras claves que tenía que le habían escrito, pues la mosca minutos después cuando salio Zapatero, ya no estaba.
Y me viene a la memoria el poema " a un panal de rica miel...", que nos coloca en una sociedad con la renta per capita entre las más altas de Europa, y vuelve a dejarme fuera de contexto en este absurdo embite, que habla de ingerir también el país vasco francés para crear, bajo sus erróneos cálculos, una soberanía.
Las moscas siempre están en lugares poco salubres, no es el caso de la Moncloa, pero a veces si no se alejan demasiado de su víctima, el tufillo les hace creer que están en su mundo de cadáveres, eso si políticos.