Ramírez defendió que, con su postura sobre los atentados de Madrid, Gallardón "iba contra la línea política del PP", y "buscaba situarse en una postura distinta de la del partido".
Además, el periodista defendió que las expresiones de Losantos "no se apartan en absoluto de las pautas habituales en cualquier radio española" e indicó que él mismo utiliza en antena expresiones "que nunca pondría" en sus artículos escritos.
El beato Losantos con la inocente cara que les queda a los recatólicos después de recibir la comunción, y la merecida bendición episcopal, acude a los juzgados. Juez y parte, irreverente, falsario con los jueces, aspira a compartir el liguero que utilizo el señor Ramirez en su sonado bautismo como infiel, pecado castigado por la dueña de la cadena Cope.
Un ilustre cardenal, de la mano de otro cardenal de roja capa larga y un bufón o dos son el perfecto pantocrator para abrir camino hacia el cielo, e iluminar la aspera convición de su fundamentalismo, tan peligroso y lleno de pederastias, que les hacen pensar que todos los medios informativos utilizan su lenguaje de catecismo decimononico.
Viejas añoranzas bajo palio, largas túnicas y pololos santificados, se han encotrado con vestales rdiofonicas y periodisticas, donde sellan con sangre y fuego, la venta de su alma, y no al diablo imaginario sino a la más arcaica galera católica.
Besos y hostias, que son gratis.
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