domingo, 13 de julio de 2008

Casillas para el fútbol en la declaración de hacienda



























Hace más de 10 años que el PP, en pleno aznarismo y con el exclusivo apoyo de los comunistas, dio a luz una ley en las Cortes que establecía las retransmisiones de la Liga como de interés general y obligaba a la emisión en abierto de un partido cada semana. Desde entonces, las guerras en torno al fútbol televisado han sido frecuentes, y constante la involucración en ellas de los diversos Gobiernos autónomos y del Gobierno central, independientemente de quienes sean sus titulares y del color del partido político de turno.

El clientelismo electoral, cuando no el trato de favor a los amigos de los poderosos, ha sido la norma que socialistas y populares han seguido preferentemente en estos casos. La ley, que no sirvió para resolver los problemas financieros del deporte rey, y contra la que se pronunció el PSOE en su día, sigue vigente al amparo del actual Gobierno. El viernes, un nuevo episodio protagonizado por las televisiones públicas de este país, la del Estado y las autonómicas (clones de TVE en gastar sin mesura, como muestra el reportaje que hoy publica este periódico), ha servido para poner de relieve una vez más la vulnerabilidad de la actual estructura del sistema audiovisual público, sustentado por los impuestos del ciudadano...







...El presidente del Ente Público, Luis Fernández, ha dicho que ésta es una operación rentable. Su palabra no es suficiente. Fernández no está al frente de una empresa privada, aunque él no parezca consciente de ello: los contribuyentes españoles tienen derecho a una información puntual sobre el coste de esta inversión multimillonaria y los gastos y comisiones de intermediación que se hayan generado. En plena amenaza de recesión económica y cuando se regatean los dineros para la sanidad y la escuela pública, se trata de un obligado ejercicio de transparencia.

el país 13-07-08


Como un religión más cuya financiación ha de depender de sus aficionados, el fútbol debería tener una casilla para marcar la cruz y le sea asignado un tanto por ciento individual a los aficionados, lo mismo que existe una para las obras sociales y por supuesto la que otorga la primacía de las religiones a la iglesia católica.


Los millonarios presupuestos dedicados al deporte rey que invierten las televisiones privadas como canal satélite digital, afectan al resto de la programación de la cadena, pues durante dos o tres meses tiran de archivo y repiten las películas y documentales que vimos meses antes o años.


Estoy muy seguro de que no me gusta el fútbol, al contrario siento cierta aversión a él y a todo lo que ha generado a su alrededor a lo largo de la historia, siempre relacionado con el fascismo, y con sus coletazos, que emergen en la sociedad cada vez que toma la primicia informativa.


La televisión pública y las autonómicas, que sobreviven gracias al dinero de los contribuyentes, si deberían hacer un referéndum para saber si es una prioridad para los trabajadores en activo, invertir la astronómica cifra de 40 mil millones de euros y otro tanto de la regionales, cantidad que aliviaría las deficiencias en el sector educativo, ya que la caja tonta no sirve de soporte para hacerlo.


Seguimos eludiendo el civismo y apagamos las iniciativas, agrupando a 22 y un balón, en algo que carece de creatividad, de modales, de estética vanguardista o clásica, para llamarlo ocio.


Y este es uno de los múltiples casos, aun recuerdo que poco después de estar procesada por el caso Malaya, Isabel Pantoja actuaba en Madrid, pagada con dinero público, presente mi protesta y me contestaron que había un contrato previo, como si los acuerdos con delincuentes no se pudieran romper.



Bien, yo creo que ya nadie duda de que la reina de la copla se ha beneficiado de la posición de su marido como alcalde de Marbella. Esto es, a fin de cuentas, nos ha robado a todos los españoles ya sea, cobrando comisiones, no pagando impuestos o gastándose dinero público.





Pero desde el punto de vista cartesiano a mi me parece que Gallardón debió suspender el concierto de la Pantoja en Madrid para la fiesta de San Isidro con más razones que las que tuvo para suspender la obra de Rubianes hace unos meses... pero estamos en campaña, con la de gente que mueve la Pantoja, a ver quien tiene cojones de suspender un concierto de la probre mujer.

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