domingo, 13 de julio de 2008

Confesión, luego diván.



















El diván como potencia literaria
Un grupo de escritores y artistas analiza su experiencia con el psicoanálisis
JOSÉ ANDRÉS ROJO.



La angustia sigue estando ahí. Y afecta a muchas personas, empujándolas al infierno del sufrimiento. Hace ya muchos años, las teorías de un joven médico sacudieron la Viena del siglo XIX, y con el tiempo se fueron imponiendo en otros lugares. El psicoanálisis, la gran creación de Sigmund Freud, puso patas arriba el mundo, cambió la manera de ver las relaciones entre hombres y mujeres, puso en órbita la importancia del sexo y señaló que existía, en nuestro interior, un inmenso continente desconocido (el inconsciente).
Juan José Saer subraya que la palabra es esencial en la terapia
Para Suso de Toro, leer a Freud supuso "la pérdida de la inocencia"
¿Fue, sin embargo, eficaz su propuesta de tumbar al paciente en el diván, y que empezara a hablar, para curar sus neurosis, para acabar con sus angustias? La actriz Isabelle Adjani cuenta que para embarcarse en ese desafío necesitó tiempo, "ese tiempo de la necesidad real de ponerme... del lado de la vida".
¿Qué pasa con el psicoanálisis? ¿Es sólo un reino de charlatanes y farsantes, una invitación a hablar una jerga extraña, un baile de interpretaciones sobre los sueños más disparatados? El año 2005 se publicó en Francia El libro negro del psicoanálisis, donde más de cuarenta especialistas se aplicaban a fondo para cargarse a Freud y sus teorías y prácticas, y todo lo que vino después. Un año después, otro libro se propuso contestar lo que allí se decía: en La regla de juego. Testimonios de encuentros con el psicoanálisis (Gredos), Bernard-Henri Lévy y Jacques-Alain Miller han reunido los comentarios de artistas, escritores, psicoanalistas e intelectuales sobre su relación, teórica y práctica, con esa disciplina. ¿Cómo entraron en esa historia y cómo les fue allí?
el país 14-07-08



Arabia Saudí elige Madrid para un "encuentro de religiones y culturas"
Convocados esta semana pensadores de las principales confesiones del mundo




Madrid será esta semana el escenario de la Conferencia Internacional para el Diálogo anunciada por el rey de Arabia Saudí, Abdalá Bin Abdulaziz Al-Saud, en la Conferencia Islámica Internacional para el Diálogo celebrada a finales de mayo pasado en La Meca, la cuna del islam. A la convocatoria se ha unido la Liga Mundial Islámica.
"Hay fenómenos que desconsuelan a la gente sensata de todas las religiones"
Entre los convocados figuran algunos de los grandes especialistas del diálogo entre religiones y entre civilizaciones, además de destacadas jerarquías de las tres grandes religiones abrahámicas monoteístas (judaísmo, cristianismo e islam) y de otras muchas creencias. En la lista de invitados, casi 200, distribuida por la Embajada de Arabia Saudí en Madrid, figuran cardenales católicos, obispos evangélicos, patriarcas de las iglesias ortodoxas, rabinos judíos, lamas budistas de varios países, incluido China, y, sobre todo, dirigentes del mundo musulmán en sus diferentes manifestaciones.
PÚBLICO 14-07-08
El psicoanálisis vino después.
Desde los siete años, obligatoriamente, teníamos que contarle al cura, al menos una o dos veces por semana, lo bueno, lo malo y lo regular que habíamos hecho a lo largo del día, tomando como referencia un decálogo que no entendíamos, pero que sí nos servía de índice, pues la catequesis había introducido su enunciado entre nosotros.
Sabia lo que era matar o no matar, y no pollos o gatos, jurar en arameo, decir tacos, obedecer a los padres, aunque ellos discutieran como bestias o te inflaran a hostias sin razón, rezar, el pecado de Onan, sobre todo eso versaba nuestro bisbiseo en el confesionario. El estado de sitio duro unos siete u ocho años, hasta que renegué de contarle a aquel cura, que tenía novias y novios, lo que a mi me pasaba por la mano.
Eso sí era gratis, pero sosteníamos el férreo control social del estado, creando un balance eclesiástico de pecadoras y pecadores, con sus variables y tendencias.
El tiempo de espera para confesarte era largo, había feligreses de todas las edades. Después misa beata y de tarde largo rosario. Aspiraban que aspiráramos a la santidad. Creaban tendencia poniéndonos ejemplos de santos.
Y así llegó el terremoto de imbuirte en el mundo a tus anchas.
Sin dios, todo el campo era orégano.
Días y años pasaron, masticando letras y escritos.
Mire atrás, mire adelante, estaba en una encrucijada. Y me fui al psicoanálista, me senté, hable, encontré el bloqueo. Ahora, escribo y ando.
Por su larga experiencia psicoanálista, la iglesia católica debería sentarse en el diván en el que se tienden los escritores, ensayistas, cuentistas, teólogos, semidioses, aprovechando este encuentro entre religión y cultura, para exponer sus más de mil años de experiencia tras el confesionario, los resultados de la aplicación castrante de su decálogo y los efectos en el proceso de contención del libre pensamiento y la ciencia.
Algunas de las otras religiones monoteístas tampoco se han quedado atrás.
Hagan pues una previa antes de mirarse el ombligo y blanqueen su conciencia, si la encuentran.

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