martes, 15 de julio de 2008

El sueño del bandido.



























Cae en Jaén el último bandolero
JAVIER LÓPEZ
JAÉN. Cuando la Policía local del municipio de Alcaudete (Jaén) detuvo el pasado viernes a Miguel Mérida, éste portaba una escopeta de cañones recortados que no intentó utilizar y, a buen seguro, un drama íntimo que todavía no ha querido relatar. Afeitado, limpio, sorprendentemente en buen estado general, parecía más un excursionista desorientado que el hombre que un ya lejano 2 de febrero de 1994 abandonó con 36 años una vida apacible en el Jaén rural para ejercer un bandolerismo sui generis, a pequeña escala y sin violencia física, a escasos kilómetros de Baena, su ciudad natal.
Para sobrevivir en la sierra sur jiennense, Miguel Mérida ha utilizado en estos 14 años tácticas de supervivencia más próximas a las de Diego Corrientes que a las de la Ruta Quetzal. Ha conjugado, como pocos desde «El Pernales», los verbos robar y huir en cortijos, casas de campo y también en viviendas de
poblaciones diversas, en una zona comprendida entre las citadas localidades de Baena y Alcaudete, a caballo entre las provincias de Córdoba y Jaén, respectivamente. Y si ha tenido éxito es porque ha tirado de manual del bandolero. Para perpetrar sus hurtos, vinculados siempre a la comida, se aliaba con la noche. Para escapar de las fuerzas de seguridad le bastaba su amplio conocimiento del terreno.

abc 16-07-08


El celebre bandolero tiene el gesto sombrio, dominador y galán, con que aparecen en los retratos antiguos los capitanes del Renacimiento: es hermoso como un bastardo de Cesar Borgia...En el retrato de Mamed Casanova nada delata al asesino. Su rostro lo mismo puede ser el de un monje penitente que el de un hidalgo sombrío. Mamed Casanova mató siempre sin saña, con frialdad, como matan los hombres que desprecian la vida, y que sin duda por eso no miran como un crimen dar la muerte. Los instintos de ese terrible bandolero son los instintos que en otro tiempo sirvieron para perpetuar las dinastías, y que hoy sólo de tarde en tarde alcanzan tan alta soberanía, porque las almas son cada vez menos ardientes, menos impetuosas, menos fuertes. Yo creo advertir en los ojos de ese retrato más audacia que perversidad. Tiene el alma en ellos, el alma de los grandes capitanes, fiera, gallarda y de través, como los gavilanes de la espada. Desgraciadamente, ya quedan pocas almas asi. ¿Será verdad que cuando se extinguen por completo las razas agonizan?"Ramón María del Valle-Inclán
La vida y la obra de Joaquín Murieta ha inspirado muchos textos literarios y su leyenda sigue vigente en el cine, la poesía y la narrativa. Los historiadores dicen que su bandolerismo fue consecuencia de la compleja época que le tocó vivir donde el sistema imperante obligó a mucha gente a sostener núcleos de resistencia cultural pasiva o extralegal, utilizando incluso la violencia, convirtiéndose en lo que se llama bandoleros sociales, ya que su norte siempre fue la justicia, de la que adolecían sus pares.A la pregunta ¿qué se entiende por bandolerismo social?, el investigador británico Eric J. Hobsbawm dice que en general son: “proscritos campesinos a quienes el señor y el Estado consideran delincuentes, pero que permanecen en el seno de la sociedad campesina y son considerados héroes por su pueblo, paladines, vengadores, luchadores de la justicia, quizás hasta jefes de movimientos de liberación y en todo caso, gente que merece admiración.. .”









Bandidos sociales
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Bandido social es un término inventado por el historiador Eric Hobsbawm en su estudio clásico de 1965 sobre las formas populares de resistencia, Rebeldes primitivos. Posteriormente expandió el tema en el estudio de 1969, Bandidos.
La tesis clave de Hobsbawm era que los bandidos sociales eran individuos que vivían en los bordes de las sociedades rurales, del robo y el saqueo, y que frecuentmente eran vistos por la gente común como héroes o señales de la resistencia popular. El bandidismo social es un fenómeno ampliamente difundido y conocido en gran número de sociedades, y algunos argumentan que aún existe en áreas remotas y en los mares (piratas).
Véase también páginas
klephts, hajduk, uskoks, Cangaço, Rapparee, para algunos ejemplos de bandidismo social en varias regiones.

Enlaces externos [editar]
La tradición del bandido, por Eric Hobsbawm
Bandidos rurales y sociales, colección de artículos + lecturas recomendadas



Somos un poco el bandido de nuestra vida, pues estamos al margen de la idea de lo que seríamos, cuando soñabas despierto y leías.
Dejando de lado este mundo de pobres y ricos, un día te alienas y tiras al monte, dejando atrás las citas en los cafés, las salidas al cine, los viajes culturales, las conversaciones familiares, el trabajo, eso si te llevas tus pensamientos, casi siempre tus malos recuerdos y las imágenes más explicitas del sexo.
Cuesta arriba, siguiendo los senderos de las alimañas, buscando una vista panorámica que te haga sentir que al estar más alto lo dominas todo, como en un trono, pasas el día y la noche pendiente de la solución de tus necesidades alimentarias. Al principio son poco relevantes, pero el cuerpo se va debilitando, por mucho que la espiritualidad te invada, el estómago manda y la rabia te empuja a hacer de la noche el momento ideal para comer.
No sientes miedo, te acercas sigiloso sabiendo que la carne no crece de la tierra, y escarbas - aquí hay patatas, allí cebollas, más allá zanahorias y coles, la euforia te hace regurgitar cierto amor a esta elección alienante. Y de postre si esta terminando la primavera hasta el final del otoño, los árboles y las bayas silvestres te ayudan a completar el menú.
Tampoco echas de menos una mano amiga, pues hace mucho tiempo que no la has tenido ni para empujarte. Sólo entre el sopor del banquete y el ruido de las luciérnagas hayas un hilo conductor con el instinto, es lo que te queda tras haber depurado las utilidades de la palabra.
Un hormiguero de sueños se derrumba entre los robles, hueles a tierra mojada y a lo lejos oyes ladrar un perro. Te das cuenta que con un perro y un caballo serías un verdadero bandido.
-No me digas nada, ya se que estoy en la ciudad donde los bandidos van en jet, hoy tenía la necesidad, al leer esta noticia, de imaginar como hubieran sido aquellos días, si en vez de coger carretera y manta, me hubiese tirado al monte.






















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