MADRID. Jonathan Brown celebra este año sus Bodas de Oro con Diego de Velázquez. El primer encuentro del historiador con el artista tuvo lugar en 1958, cuando el Museo del Prado era un lugar poco frecuentado: «Hoy en día pensamos en los grandes museos de Europa y América como hipermercados culturales, donde la oferta constante de exposiciones temporales ha tendido a relegar las colecciones permanentes a un segundo plano», añora. Los ojos de Brown se posaron sobre los de Velázquez en una búsqueda inacabada. ¿Cómo ha podido producir esta catarata de verborrea? «Al fin y al cabo, Velázquez sólo vivió 60 años y pintó unos 120 cuadros, incluidos aquellos que se han perdido -analiza-. Si fechamos el inicio de su carrera en 1615, habría pintado una media de 2,66 lienzos al año, por lo que 994 páginas deberían bastar para decir todo lo que necesita decirse sobre Velázquez, al menos por parte de un solo historiador del arte»
abc 17-06-08
Los viajes culturales a los museos realizados por los colegios, dentro de la programación del curso, son la primera base falsa, que posteriormente se repite en el entorno familiar rural o urbano, como pauta para estar culturalmente bien puesto y poder presumir de cierto nivel de conocimientos.
Hay que ver museos.- es una orden dictada desde el poder.
Todos los fondos están publicados en papel, en cd, en la red, pero pocos utilizan previamente esta documentación para acercar el patrimonio a los alumnos niños-adolescentes.
Hacen el viaje, encargan el bus, se lo comunican a los padres, piden los permisos, solicitan la cita, el dinero, en todo ello se les ha ido una quincena, y el objeto de la visita se queda solapado en , un simple cambio de rutina ese día.
Ya llegado el día, para acceder a los museos hay que cruzar el eje de Castellana, en Madrid, te das cuenta que la única información que se saben de su itinerario es que van a pasar por el Santiago Bernabeu, y que un poco más abajo al ver la Cibeles, más emocionados que por el arte, lo están coreando el alirón, campeones! del Real Madrid.
Miras al profesor, y a dos pasos de la vista se pone a explicar que este paseo..., que en el siglo XVII, lala, lala, lala...., se ruboriza, solo un poco, y les manda hacer dos filas para bajar entrar.
Llega el guía, más trálara, trálara,.... ah eso si hay que pasar por el kiosco que museos españoles para comprar un recuerdo, da igual un llavero, un posa vasos, una postal, un pañuelo....
Bien ya somos más listos.
...¡ Qué buenos son los hermanos.......... que nos sacan de excursión!
- Nos queda para mañana la redacción......
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